Hoy no son suficientes las acciones técnicas y administrativas para el control de los riesgos en el trabajo (controles, procedimientos, comportamientos...) si, al mismo tiempo, no se tienen estrategias para intervenir la conciencia individual (mundo de las intenciones) y la conciencia colectiva (mundo de la cultura), donde está lo que predispone a la acción y posibilita los resultados. Ello conlleva desarrollar otras habilidades y sensibilidades diferentes a las que utilizamos para intervenir el mundo exterior, que no son técnicas, sino conversacionales. Son conversaciones basadas en la escucha y en los compromisos efectivos.

En este libro se explican un conjunto de habilidades que se consideran básicas, para que los líderes logren expandir su conciencia e influenciar positivamente la cultura de HSEQ. Tales habilidades son, entre otras: observar el mundo externo y el interno, para hacer elecciones responsables; intervenir los sistemas con un enfoque integral, para ser más efectivos; ir más allá de los ciclos de mejora continua, para ser más creativos; observar y escuchar a la gente, para que el feedback sea efectivo y diseñar conversaciones productivas, con todos los grupos de interés, para ampliar las posibilidades de acción y alcanzar los resultados esperados.