Las empresas que reducen el plan de formación a un cronograma de actividades sin transitar primero por los distintos niveles de planificación y evaluación, generalmente, sienten qué a pesar de los intensos programas de capacitación y entrenamiento que generan cada una de las áreas y sistemas de la organización, no han logrado impactar los problemas prioritarios y las personas continúan haciendo más o menos lo mismo que antes del entrenamiento. Esto pasa porque las prácticas tracionales de capacitación y entrenamiento han partido de los inventarios de necesidades que realizan las diferentes áreas, dadno origen a un desplieque de temas de capacitación cuyo objetivo final es contabilizar horas, no resultados. El propósito de este artícuo es mostrar la relevancia del modelo de los seis momentos en el que se soporta la formación por proyectos con lo cual se superan las anteriores dificultades.